Esta tarta está riquísima. ¡Os encantara! Resulta bastante fácil de hacer aunque hay que prepararla con antelación, incluso de víspera para que se integren bien todos los sabores en el bizcocho.


INGREDIENTES:
Para la elaboración del bizcocho:
- 150 g de zanahorias
- 150 g de harina de trigo
- 150 g de azúcar moreno
- 4 huevos
- 75 ml de aceite de oliva
- Una cucharadita de levadura
- media cucharadita de canela molida
- Una pizca de nuez moscada
- Una pizca de sal
- 10 nueces peladas
Para el frostín de queso crema
- 100 g de azúcar glas
- 250 g de queso en crema (una tarrina tipo philadelfia)
PREPARACIÓN:
Pelar las zanahorias y rallarlas, reservándolas. En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que se disuelva totalmente.
Añadimos el aceite, la pizca de sal, la canela y la nuez moscada.
Mezclamos e incorporamos la harina tamizada junto con la levadura hasta que la masa quede totalmente homogeneizada
A continuación añadimos la zanahoria rallada e integramos en la masa removiendo con cuidado.
Incorporamos las nueces peladas y picadas, reservándonos cuatro para decorar después la tarta. Podemos utilizar nueces ya peladas y embolsadas que son más practicas para repostería.
Tomamos un molde de entre 20 y 25 cm,, hemos de tener en cuenta que mientras más grande, menos grueso saldrá y tenemos que después de horneado, dividirlo en dos partes.
Yo esta vez he tomado uno de 25 cm desmontable y no ha quedado mal. Lo untamos bien con mantequilla y lo introducimos en el horno que debe de estar previamente pre calentado a 180 º durante 40 minutos.
Una vez transcurrido ese tiempo lo dejamos reposar 10 minutos. A continuación lo desamoldamos y lo colocamos sobre una rejilla para que se enfrié correctamente por toda su superficie.
Mientras se enfría vamos a preparar el frostín de queso para ello pondremos en un bol la crema de queso junto con el azúcar glas. Batimos hasta conseguir una crema ligera de textura suave. Tapamos y reservamos en el frigorífico.
Una vez que el bizcocho esté totalmente frío, lo dividiremos en dos partes horizontalmente y lo rellenaremos con la mitad de la crema de queso. Tapamos con la otra mitad del bizcocho y cubrimos con el resto de la crema.
El resultado es un bizcocho muy suave de textura fresca que estoy segura os encantará.
¡Disfrutar del postre!
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